Una Entrevista con Dr. Carlos Canales :: Traducción por Rafael Paiva
Hoy entrevisto al Dr. Carlos Canales. El Dr. Canales es un Psicólogo Clínico, Psicoterapeuta de Grupo Certificado y un Practicante de la Experiencia Somática en consultas privadas. El Dr. Canales ha estado dirigiendo una variedad de grupos de psicoterapeutas por casi dos décadas, incluyendo un grupo de entrenamiento para especialistas en el área. Actualmente es parte de la junta de la Fundación Psicológica de Iowa (Iowa Psychological Foundation, IPF) y es un miembro clínico de la Asociación Estadounidense de Psicoterapia de Grupo (American Group Psychotherapy Association, AGPA), en donde le han otorgado el rango de Miembro (FAGPA) por su competencia profesional destacada y sus capacidades de liderazgo. |
Hablamos sobre la relevancia de pertenecer y tener importancia, las desventajas del individualismo, aislamiento minoritario, grupos como terapias únicas, los beneficios y los retos de la cofacilitación, terapistas de grupo que han sido una influencia para el Dr. Canales y el movimiento del Dr. Canales hacia su propio enfoque integrativo.
Durante la entrevista mencionamos las siguientes referencias:
- Sociedad estadounidense de psicoterapia de grupo
- Irvin Yalom: La teoría y práctica de la psicoterapia de grupo
- S.H. Foulkes
- Louis Ormont
- Haim Weinberg y Martha Gilmore
- Scott Rutan, Walter N. Stone, Joseph J. Shay: Psicoterapia de grupo psicodinámico
- Richard M. Billow: Resistencia, rebelión y rechazo en grupos
- Stewart Aledort
- Jerome Gans: Temas difíciles en la psicoterapia de grupo: mi viaje desde la vergüenza al coraje
Transcripción
Ryan: Bien, nos conocimos hace varios años en un entrenamiento de Experiencia Somática, que es una capacitación para terapistas interesados en trabajar con trauma. Y una de las formas en que nos conectamos fue a través de intereses mutuos en trabajos de grupo.
Dr. Canales: Así es.
Ryan: Y ya estabas certificado como terapeuta de grupo en ese momento, ¿cierto?
Dr. Canales: Sí.
Ryan: Ok. Entonces, ¿desde hace cuánto tiempo has estado haciendo esto, como terapista de grupo?
Dr. Canales: Bueno, he estado trabajando con grupos desde 1999 o 1998. Trabajaba para un pequeño hospital psiquiátrico en Chattanooga y había dos personas que dirigían grupos. Una fue despedida. Hizo algo inapropiado con un cliente. La otra persona estaba por retirarse. El presidente del recinto dijo – hablando a una sala de, no lo sé, unos veinte o treinta trabajadores sociales – “Ok. Necesitamos dos personas que se encarguen de los grupos. ¿Quién se hace cargo de ellos?” Ni una mano levantada. No podía creerlo. Yo necesitaba un trabajo. Todavía era estudiante universitario. Así que levanté mi mano y dije, “Yo lo hago”. Él respondió, “Perfecto, comienzas el lunes”. Y yo respondí, “¿Puede ser en un mes? Necesito saber qué hacer.”
Y pasé un mes leyendo el libro de Yalom, La teoría y práctica de la psicoterapia de grupo. Dirigí todos los grupos que pude. Y desde entonces probablemente hice mucho daño hasta que conseguí un entrenamiento formal en grupos. Así que practiqué trabajo con grupos por un tiempo – con grupos de violencia doméstica, de manejo de la ira, distintos tipos de grupos. Luego me involucré con la asociación, la Sociedad Estadounidense de Psicoterapia de Grupo. Así que conseguí mi certificado en 2010 o 2011. Pero para ese momento ya había trabajado con muchos, muchos grupos. Y desde esa fecha hasta el día de hoy he trabajado con muchos más. Actualmente tengo cinco grupos en mi práctica.
Ryan: Vale. Me encantaría escuchar un poco más acerca de esos grupos. Quizás nos puedes hablar un poco más acerca de las personas que atiendes en esos grupos y de qué tipo de grupos se trata.
Dr. Canales: Cuando comencé en un hospital privado habían grupos para personas hospitalizadas. Y estaban divididos en el grupo de alcohol y drogas y el grupo de psiquiatría, personas que padecían desde depresión hasta esquizofrenia, lo cual fue un reto. Eran personas activamente psicóticas y nosotros estábamos a cargo de ese grupo. Desde entonces he trabajado con grupos de adolescentes. También con grupos de violencia doméstica y manejo de la ira. Y he disfrutado bastante cada tipo de formación porque cuando te unes a un grupo, sin importar de lo que trate… En primer lugar nacemos en un grupo, nuestra familia, que no elegimos. Aprendemos cómo acercarnos, cómo no acercarnos. Y luego vamos de un grupo a otro – nuestro vecindario, nuestra clase de primer grado, el sitio en donde trabajamos actualmente.
Lo que he aprendido es que la multiplicidad de las personalidades que tenemos toma vida según el ambiente en el que estemos. Por eso me ha fascinado el por qué yo, como terapista, siento lo que siento en un grupo inicialmente cuando el grupo se hace cohesivo. ¿Por qué me siento con más recursos en un grupo? Entonces, creo que trabajo con grupos por mí mismo, porque vivo mejor en compañía de otros.
Ryan: Ya veo. Así que esa es una sensación general –cuando diriges grupos, ¿realmente terminas sintiéndote con más recursos en comparación a trabajar individualmente con un paciente?
Dr. Canales: Absolutamente. Hace un par de horas acabo de terminé un taller y dirigí un grupo de demostración. Resulta que las personas que se ofrecieron de voluntarios y estaban en línea ya habían supervisado a otros. Existía una relación previa de supervisor y supervisado. Y nombraban la dinámica del poder y la ansiedad de compartir ahora una plataforma común. Y en un momento, un sujeto dijo “Creo que soy el único que no conoce a nadie más”. De repente cuatro o cinco personas cambiaron su actitud a algo más cálido, incluyéndolo a él, o dirigida a cuidar de él. Unas cuatro o cinco personas, de inmediato. Y esta idea de diferenciales de poder salió de la sala – todo porque un sujeto no tenía ese diferencial de poder. En la terapia individual no podríamos tener ese tipo de tratamiento.
Así que la posibilidad de altruismo, que es beneficiosa para la salud, la generosidad y otros sentimientos que son completamente humanos – envidia, celos, competencia, ambición – solo pueden manifestarse cuando hay pares con los que se crea una rivalidad – hacia o en contra – la colaboración con otros. Eso me encanta de los grupos. Son infinitamente complejos. Trabajé en UC Davis durante siete años y tuve una cantidad infinita de clientes. Estudiantes que ingresaban, con edades entre dieciocho y veinticinco, siempre en ese rango de edad. En la flor de la vida. Nunca se verán mejor de cómo se veían en ese momento. Tú envejeces, ¡pero ellos no lo hacen! Así que se unen. También trabajé, por ejemplo, con un grupo de latinas durante cinco años. Trabajé con un grupo de graduados por cinco años, con un grupo de hombres por cinco años, un grupo para asesores estudiantiles por cinco años. En ese sitio ejercí por siete años, pero creo que en el segundo año me di cuenta de que, “No tengo que trabajar para que mis grupos se llenen.” Y eso realmente me dio la oportunidad de trabajar con muchos más grupos y satisfacer mi curiosidad sobre esas distintas formaciones y el uso de los recursos.
Y he aprendido que en la práctica privada es mucho más difícil trabajar con las personas, porque todo el mundo quiere una atención individualizada. Y realmente tienes que vender la terapia en grupo. Pero una vez que se compenetran, por ejemplo si alguien forma parte de un grupo semanal por dos años, nos damos cuenta que prácticamente se convierte en una relación con la cohorte que podría ser igual a la de una asociación. Las personas sienten más expandidas, que su realidad puede ser entendida por otros, que no tienen una persona o dos personas, sino esta unidad de soporte y entendimiento para ellos. Porque no solo es un cliente que me ve todos los días. Existe una multiplicidad de puntos de vista sobre mí. [S.H.] Foulkes hablaba sobre los grupos como caminar a una sala llena de espejos, donde cada persona sostiene un espejo que refleja una parte distinta del individuo. Y es útil para componer una versión más clara y expandida de cada uno.
Ryan: Antes de la entrevista, antes de hacer la llamada, estaba pensando en el entrenamiento de Experiencia Somática. Tenemos esta oportunidad realmente increíble de hacer una demostración frente al resto del grupo, donde las técnicas están siendo demostradas para los estudiantes. Y no solo se benefician con las intervenciones relacionadas al trauma que el entrenador les ofrece, sino que también tienen la oportunidad de mirar a la audiencia y tener una verdadera experiencia emocional correctora, en términos de ser vistos en ese proceso de sanación. De hecho, en mi año más avanzado – no durante el entrenamiento que hicimos juntos en San Diego, sino cuando fui a Colorado para el primer módulo – participé en una demostración y tuve la experiencia de ver cómo se desenvolvía un trabajo muy poderoso con un entrenador, pero luego el entrenador me pidió que mirara a los estudiantes mientras esto ocurría. Y fue una experiencia tan distinta en comparación con lo que hubiese ocurrido en un entorno individualizado.
Dr. Canales: Me alegro por ti.
Ryan: Entonces, quiero hacer la comparación con el trabajo de grupo, en donde hemos visto avances de una forma muy única. ¿Puedes hablar un poco sobre eso?
Dr. Canales: Esa es una idea… Quiero decir, todos vivimos en una sociedad. Y, por cierto, hay distintos tamaños de grupos. Un grupo pequeño está conformado por entre cero y veinte participantes. Un grupo mediano va de veinte a cuarenta. Y un grupo grande es cuando no puedes ver los rostros de todos los que se conectan contigo. Hay terapistas que se especializan en dirigir grupos con doscientas personas. La intención en ese caso es menos curativa intrapsíquicamente, aunque el individuo sienta emociones crudas. Es imitar tu relación con la sociedad, donde solo oyes voces dispersas y sientes dentro tus emociones primordiales.
Pero en la Experiencia Somática y en dichas demostraciones hay mucha energía e intención de parte de la audiencia, de forma que podría funcionar muy bien para el entrenador. Algo así como, “vas a sorprendernos con algo que vas a hacer. No puedo esperar a verlo. Así que voy a prestarte atención y desearte suerte. Quiero absorberlo todo.” Entonces para la persona que se ofrece de voluntario, que siempre es una persona valiente, está el deseo de “Tu vida irá muy bien, estamos descubriendo algo sobre ti, típicamente algo vulnerable. Cielos amigo, gracias por hacer esto.” Y ese espíritu construye realmente cierta plataforma de soporte.
Me parece que esta es la razón por la cual las personas se vuelven docentes. ¿Quién no se beneficia de tener personas que le presten atención? “¡Quiero aprender de ti!” Un enorme poder allí – poder motivacional, aprobación, información, validación. Así que, sin importar lo que pase, si me llegase a voltear y ver a mi vecino y me doy cuenta de que importo, te digo: probablemente viviría de una forma distinta. Pero para la mayoría de nosotros es solo conducir a casa y no estar al tanto de esa energía de nuestros vecinos. Y tampoco se la damos a nuestros vecinos, independientemente de lo que seamos. Simplemente trabajamos automáticamente.
Así que, el hecho de que alguien … por ejemplo, en cualquiera de mis grupos – que son grupos de adultos mixtos, con diferentes franjas de edades. En realidad juego a combinar a personas en sus treintas con personas en sus sesentas. Y me parece que es algo que enriquece más. Antes no lo hacía, solo juntaba generalmente a las personas en sus treintas, o personas en sus veintes. “Bien, no tiene hijos aún, así que ¿qué saben de la vida? Probablemente no deberían juntarse con personas en sus cuarentas.” Pero poca idea tenía que es una forma en que nuestra mente construye categorías. Es útil para un niño juntarse con su abuelo. Es útil para ambos. Tienen la posibilidad de ver un espectro de la vida más amplio.
De cualquier manera, dirijo estos grupos de adultos mezclados. Y cuando alguien falta a una sesión – porque estaba ocupado, estaba de vacaciones o cualquier otra razón – y vuelve diciendo “¿Qué me perdí?”, y el resto del grupo le responde “Bien, no te vamos a decir. No estabas aquí.” O, “Te perdiste algo importante, pero te extrañamos.” De nuevo, sientes esa intención, como bien lo hablabas, de que “Le importo a estas personas. Soy alguien.” Con frecuencia eran negativos, “A veces me recuerdas mucho a mi madre, o me recuerdas a mi hermana con quien no me llevaba bien.” Pero eso tiene poder. Las personas aprenden que no solo se trata de transferencia negativa, sino que le importas de cierta forma a esta persona. Las personas aprenden que siempre nos estamos relacionado con nuestra propia plantilla, con nuestra propia psicología.
Ryan: Cierto. Un sentido de que realmente afecto a otras personas. Mientras que la mayoría de las veces, antes de entrar a un grupo, puede haber una sensación de que realmente no les importo y me siento bastante aislado.
Dr. Canales: Claro. Y a veces tengo el control del tipo de impacto, pero otras veces no. Mi intención puede ser una cosa y el impacto otra porque la otra persona me tiene en esa casilla.
Ryan: Me di cuenta mientras hablabas de las características únicas de poder hacer una demostración en un ambiente de capacitación – y ser parte de ese grupo, con la calidez y el respaldo que sientes – que es posible que esa no sea la experiencia que realmente tienen los miembros del grupo, especialmente en las primeras etapas. Requiere mucho trabajo construir la cultura del grupo hasta un punto donde realmente se perciban entre ellos como un soporte de esa forma. Y el recipiente realmente se siente bastante apretado como para permitirse que los vean en esos lugares vulnerables.
Dr. Canales: Sí. Pienso que cualquier terapia que no se experimente es solo teórica. Cualquier entrenamiento, seminario web o lo que sea que hagas, debes probar un poco de lo que ocurre. Las personas que asisten a mis seminarios web o mis reuniones aprenden algo teórico. La mejor parte es que las personas que se ofrecen de voluntarios en el grupo tienen la experiencia, mientras que las que no se ofrecieron se ponen celosas. Algo como, “Ahora ellos se conocen más”. Eso es bueno. Es algo realmente bueno. Ese es un aspecto. Por ejemplo, es algo que ocurre en una demostración – Estoy seguro que las personas que vieron tu trabajo cuando fuiste voluntario dijeron, “Oh, desearía haber sido así de valiente como para ser parte de ese proceso de curación con ese sanador.”
Ryan: Me sentí más popular en las horas que siguieron a esa demostración que nunca en mi vida.
Dr. Canales: Claro. Por lo tanto ahora vives con un nuevo tú. No sé cuántas oportunidades tendremos para ser estrellas de rock, pero en ese momento tú fuiste una.
Ryan: Así que, dime, en los grupos que has dirigido – estoy seguro que has hecho esto en muchas formas distintas. Pero me pregunto, ¿por lo general trabajas con otro facilitador o te gusta hacerlo solo?
Dr. Canales: ¡Qué gran pregunta! Cuando estaba en UC Davis, el centro de terapia era un centro de entrenamiento. Así que teníamos pasantes y estudiantes de post-doctorado, por lo que nos asignaban personas. Y como yo estaba trabajando con cinco grupos, por lo general me asignaban co-líderes. Bueno, y existe un desbalance claro en eso. Ellos se impresionaban. Decían “Este es tu grupo. Yo solo estaré aquí por un semestre o un año. Así que mi presencia es solo temporal. Y también me están evaluado. Así que eres quien me enseñará algo.” Eso crea un desbalance y también me limita porque lo que sea que hiciera, intentaba asegurarme de incluir a esa persona, hacerla sentir lo suficientemente libre para que hablara sin limitaciones. No trabajábamos para que nuestras modalidades de tratamiento coincidieran, sino que los forzábamos a que coincidiera. Por eso no me parecía tan gratificante.
Ahora que estoy en la práctica privada, me han insistido para que sea el supervisor de personas con licencias temporales o que requieren horas antes de conseguir su licencia. Y los he invitado a aprender sobre los grupos, los he invitado también a convertirse en co-facilitadores. Y descubrí que ocurría la misma dinámica, donde yo me convertía en su supervisor principal y ellos aprendían un poco, pero no lo disfrutaba tanto. Así que ahora, aproximadamente en el último año, he estado buscando alguien que quiera involucrarse conmigo. Contacté a un par de personas, incluyendo una señorita en Texas que respeto mucho porque ella trabaja de una forma muy distinta a la mía. Le dije, “Hey, ¿te gustaría dirigir un grupo conmigo? Porque me gustaría aprender más acerca de las colaboraciones. Así me tendría que adaptar a lo que estés haciendo.”
He tenido oportunidades de realizar capacitaciones, talleres y conferencias con otra terapista de grupo. A pesar que nos enseñamos mutuamente, nos separamos para dirigir los grupos de demostración. Todavía no lo hemos hecho juntos, pero ella ha aceptado hacer el próximo entre los dos. ¿A quién le importa si no todos en la conferencia tienen experiencia con grupos? Iremos por eso que queremos.
Hasta ahora, debo decirte, he trabajado con probablemente veinte grupos en los que tengo una persona bajo mi supervisión. Y en cada ocasión tuve retos con esa modalidad. Creo que sería mucho mejor que el supervisado lo haga con otro supervisado y puedan ser co-líderes. Es posible que no sepan mucho de lo que hacen y yo puedo supervisar eso. Pero al menos en los momentos clínicos, están en niveles iguales.
Ryan: Claro. Y es igual para ti: a medida que avanzas con esta colega de Texas, se ubican a niveles iguales.
Dr. Canales: Al mismo nivel. Pero tengo una curiosidad menor en mi propio desarrollo – al igual que puede ocurrir con cualquier tipo de compañero de baile, ¿quién será el líder? Voy a dejarte liderar. O voy a ponerme rígido y puede que siga mi propio camino. Ahora estoy más interesado porque me siento muy familiarizado con la dirección de grupos e intimidades que pueden estar relacionadas con ello. También quiero jugar con la complejidad de tener un co-facilitador. Es simplemente genial.
Ryan: Sí. Y mencionaste que tienen estilos un poco distintos. En mi experiencia, eso puede ser maravilloso en el sentido de que pueden complementarse entre sí. Pero a veces eso también puede crear confusión en un momento en el grupo cuando uno no está seguro hacia dónde se dirige el otro. A veces en muy difícil coordinar cuando sus orientaciones teóricas o sus enfoques para el trabajo grupal son diferentes. Recuerdo cuando hablamos durante el entrenamiento en 2018, una de las cosas sobre la que quería tu opinión era – bueno, creo que más bien me estaba quejando de que no conseguía suficientes oportunidades después del grupo para hacer el reporte para mi co-terapeuta. Tu dijiste, “Oh, debes crear un espacio para eso.” Porque no tienes la oportunidad de hacerlo mientras que el grupo está en sesión. Hasta cierto grado, puedes hablar en voz alta con el otro facilitador frente a los miembros del grupo, pero los momentos reales en que comienzan a sincronizarse más y más derivan del reporte y de construir un entendimiento más compartido.
Dr. Canales: Sí. Ahora estoy mucho más interesado en esos momentos perdidos. Espero que el grupo se dé cuenta. Porque podemos modelar cómo las relaciones reales se estancan y se vuelven frustrantes. Y no queremos ir muy lejos con eso, pero es bueno conocer la diferencia. Creo que la madurez está en encontrar la diferencia y poder respetar y apreciar los dos enfoques. No necesariamente se debe tener un ganador o lo que sea, solo es abordar la vida desde ángulos y caminos distintos. ¿Por qué no podríamos tener una potencial fricción, pero a la vez intimidad en esa fricción? O simplemente dejar que algo se desarrolle como un proceso. De verdad me atrae todo eso. Y creo que la parte más importante en esta modalidad es encontrar a alguien que esté tan interesado como tú en ese asunto.
Ryan: Bien dicho. Mientras hablamos de esto, me sorprende que no sea solo una búsqueda clínica para ti, sino que pareciera algo incrustado dentro de una filosofía, casi sobre cómo vivimos nuestras vidas y que siempre estás sosteniendo ese cuadro a medida que haces tu trabajo con los miembros del grupo – ¿qué significa esto en el contexto de nuestras vidas?
Dr. Canales: Claro. Si le preguntamos al clínico promedio, ¿por qué te convertiste en terapeuta? Probablemente la respuesta sea algo como, “Bien, quería ayudar realmente a las personas.” Otra versión puede ser, “Me importa.” Si vamos un poco más profundo nos encontramos con, “Me importa porque habían cosas que fueron un poco descuidadas en mi familia de origen” o “Tenía el rol de ser el cuidador mientras crecía”; quizás hasta un “Uno de mis padres tenía ese rol y pensé que era genial. Que era la forma correcta de ser.”. Luego, si vamos un poco más allá, creo que los terapistas son personas muy desatendidas hasta cierto grado. Son solitarios. Están hambrientos por una intimidad emocional. Y entramos al mundo y podemos brindarle eso en abundancia. Considero que satisface nuestra necesidad en un cuarenta y cinco por ciento.
Ryan: ¿Cuarenta y cinco por ciento?
Dr. Canales: Sí, cuarenta y cinco por ciento para ser exactos, y creo que para muchos de nosotros es una cifra bastante buena. La mayoría de las personas caminan por ahí sin esos preciosos momentos de cercanía. Yo digo, “¿cómo puedo crear eso en mi vida diaria?”. Y pienso que otro veinte por ciento ocurre cuando haces el trabajo y te unes a una organización en donde ese es el espíritu. Luego vas a estas conferencias y, oh Dios mío! ¡Estás con personas como tú. Perteneces más y todo es más gratificante. Creo que el paso final es vivirlo, crearlo en tu propia vida. Y no es fácil porque la calidad de atención que desarrollas como un profesional es específica para ello, y es más raro en los momentos diarios.
He estado tratando de crear un grupo de hombres, por ejemplo, con personas que considero son como yo o mejores en mi comunidad. Y me encuentro con una gran resistencia. Como dijo un sujeto, “No quiero estar conociendo y hablando con gente. Si quisiera hacerlo, iríamos a algún tipo de actividad. Vamos a cazar. Vamos a escalar. Vamos a pescar.” Pero relacionase, eso es muy íntimo. Ahí pensé, “wow, pero eres uno de esos casos atípicos que es súper genial.” Me sorprendió la gran cantidad de respuestas. Otro dijo, “Esto probablemente será muy bueno para mí, pero no quiero darle ese tipo de importancia.”
Entonces descubres cómo nos limitamos a nosotros mismos de la vida. Y todas esas declaraciones que dijeron son resistencias a la intimidad que yo también tengo. Siempre que sepamos lo que estamos haciendo, “Oh, me siento más seguro si no expongo mis inseguridades, mi incomodidad, mi algo.” O, siempre y cuando tenga a mis hijos y los cuide, y un trabajo que hacer, o algún otro tipo de urgencia, esa debería ser la razón para juntarnos. Oh, son las fiestas. Hagámoslo. Contra una necesidad básica de confiar y que confíen en ti.
Ryan: A mi parecer, mucho de esto es en gran parte influenciado por nuestra cultura. Y al ser alguien que se identifica como bicultural, imagino que te permite quizás abarcar una perspectiva distinta frente a alguien que conociste y creció en Iowa.
Dr. Canales: Cierto. Creo que esta es otra razón por la cual entré en los grupos. Solía despertarme, ir a la escuela – la gente en Perú, donde crecí, no se mudan tanto. Así que yo diría que de las ochenta y tantas personas con las que me gradué en secundaria, probablemente comencé el primer grado con ochenta y dos de ellas – mi rutina era salir de mi casa y caminar una cuadra, toparme con alguien donde había acordado encontrarme con esa persona. Luego caminábamos unas cuantas cuadras y nos encontrábamos con más personas. Luego de dos o tres cuadras hacia la escuela, estaba con un grupo como de treinta personas. Era como cuando rotas en las visitas, todo el tiempo. Las personas sabían si había alguien enfermo o estaba ausente. Sabíamos antes de llegar a la clase. Incluso sabíamos, en el fondo de nuestras mentes, por qué – ¿será que estaban en problemas? O lo que sea. Nosotros sabíamos. Nos teníamos en mente los unos a los otros.
Considero que las culturas que se enfocan menos en la individualidad y su favorecimiento – sabes, caminábamos unas dieciséis o dieciocho cuadras para llegar a la escuela. Era muy útil – pero vivo en Iowa. Para ir a la escuela debes usar tu propio automóvil. Ahí se ve la individualidad, esta idea de que “Estoy por cuenta propia”, o “Te veré allí”. Creo que me orienta a aquellas dos experiencias distintas. Asimismo, mi propio valor es que mis amigos, supongamos, de Experiencia Somática conocerán a mis amigos de mi terapia de grupo. Esa es mi idea del cielo, que todos mis amigos finalmente estarán en un mismo sitio. En cierto grado, desconocido para ti, estás facilitando eso.
Ryan: Ya previamente planteabas esta pregunta o, al menos, proponías algunas ideas sobre por qué algunas personas se hacen terapeutas, por qué algunos eligen este camino. ¿Qué fue lo que te impulsó a ti? Hablaste un poco sobre lo que motivó tu participación en grupos, pero ¿qué me dices sobre la profesión en general?
Dr. Canales: Creo que en el fondo mis padres, quienes eran personas muy gentiles pero no tenían una mentalidad muy psicológica. Crecimos en un país tercermundista y para la época en que nací ocurría una guerra con guerrilleros, un movimiento comunista que quería comenzar. Así que crecí en un ambiente de guerra, una zona roja. La supervivencia era muy importante para mis padres. Tanto así que ellos dejaron el estado donde estaba el resto de la familia. Escaparon y se mudaron a un estado distinto, donde comenzamos nuestra vida. Por eso digo que no tenían tanto esa mentalidad psicológica.
Ahora lo llamaría curiosidad. En ese momento, simplemente lo llamaba ansiedad, pero era una lucha con “¿por qué me siento así?” Y considero que mis padres no podían responder esas preguntas o solo las simplificaban. Luego tuve la fortuna, y al mismo tiempo la mala suerte, de venir a los Estados Unidos cuando tenía dieciséis años por cuenta propia, sin siquiera saber inglés. Y digo que fue un hecho afortunado porque no muchos – en los siguientes diez a quince años, solo dos o tres personas de mi secundaria salieron del país, de su propio país. Así que me sentí afortunado de poder ver algo distinto. Sin embargo, el viajar en mi adolescencia, donde tus compañeros, tu grupo es lo más importante, es algo traumático. A los quince o dieciséis tienes cierta predictibilidad del mundo, y me cambió.
Vine a Iowa, un lugar bastante rural, y fue algo bueno. Porque considero que si hubiese llegado a una gran ciudad me hubiese perdido. Esto me ayudó a aprender inglés. No había muchos latinos. Pero tener un mejor entendimiento de por qué las personas sufren, por qué la separación naturalmente lleva al dolor o por qué la desconexión lleva al dolor. Quería respuestas para eso. ¿Cuáles son las fuentes de sufrimiento que podemos discernir? Y nunca he podido alcanzar eso que sentí en Perú. El tipo de seguridad que las montañas – yo crecí en los Andes – que las montañas me brindaron, ecológicamente hablando. Eso sí que es un descanso para el sistema nervioso.
O una especie de compañía social. Cuando fui a mi primera conferencia de latinos en San Antonio – estaba presentando un tema de terapia de grupo, específicamente el tratamiento de la vergüenza – estoy en mi hotel, subiendo por las escaleras automáticas, y escucho gente hablando en español. De repente pienso, “hay algo raro aquí”. Este es mi yo profesional. Nunca había estado en una conferencia donde la gran mayoría eran latinos. Por lo general somos menos del uno por ciento en las conferencias. Estuve a punto de llorar mientras bajaba en el elevador. Eran probablemente doscientas personas, terapeutas latinos a nivel nacional. La mayoría tenía cabello negro. De nuevo, yo pensaba “oh no, ¡mis mundos colisionan!” Y realmente estaba pasando, fue una cosa muy conmovedora en lo personal, formar parte de esa conferencia y presentarme allí. De verdad que impactó en mi sistema.
Así que creo que esta idea de pertenecer, de tener un grupo o de ser respaldado por tu entorno se ha convertido en un tema muy, muy importante en mi vida como un participante que quiere apoyar a esas minorías. Hago un entrenamiento llamado el dolor de las minorías, que básicamente es esta idea de quedar desconectado, de sentirse oprimido por la mayoría. Y pienso que me motivaron múltiples razones. Pero mi propio sufrimiento y falta de compañía, psicológicamente, y mi propio desarrollo al cruzar las culturas.
Ryan: Hay algo único en ese tipo de aislamiento.
Dr. Canales: Lo hay. Aún trabajo en ello. Porque debes vivir con quien eres en el medio ambiente, donde estás. Pienso que en California sufrí un poco menos porque los latinos representan el treinta por ciento, hay muchas más personas como yo. Entre el tres y cuatro por ciento eran personas con documentos en regla, y quizás dos por ciento más de personas indocumentadas. Un verdadero cambio.
Ryan: Volviendo al contexto de terapias de grupo en sí, ¿qué ha sido lo más difícil para ti? Hablas mucho sobre tus inspiraciones y las formas en que te alimentaron. Así que me pregunto, ¿qué ha sido lo difícil de ello?
Dr. Canales: Bueno, creo que cualquiera que quiera dirigir un grupo en su práctica privada sufre el no ser elegido. “Aquí tienes, tengo algo bueno que ofrecerles. Vamos a reunirnos en un grupo y hablemos sobre ello.” Y nadie firma. Lo peor, los terapeutas están entrenados para ser protectores o guardianes de sus clientes: “nadie puede tratar a esta persona tan bien como lo hago yo. Yo me encargo. Este es mi cliente.” De esta forma también se sienten como si compartirán un cliente con el terapeuta de grupo, “puede que eso sea lo mejor para el cliente, pero ¿qué pasa si lo pierdo? ¿Qué tal si pierdo mis ingresos? ¿Qué tal si les gusta el grupo o hablan sobre mí?” Pienso que el estilo de apego de otros terapeutas también puede ser un obstáculo – los miedos. Es por ello que debes aprender a desarrollar y confiar en quienes han sido referidos a ti. Ha sido un dolor crónico.
Creo que debes aprender a venderte, a vender lo que haces y a que las personas lo experimenten. Luego, una vez que llegues a cierto estándar y otras personas comiencen a referirte, debes vivirlo un poco. Te estableces a ti mismo. Yo diría que con la terapia individual llegué a un punto en que me sentía cómodo con lo que hacía. Y con grupos, incluso ahora luego de veinte años, hay veces en que pienso, “¿Qué acaba de ocurrir? ¿Cómo es posible que esto haya pasado?” Una de las cosas que nunca ocurriría en una terapia individual es la experiencia de sentirse el chivo expiatorio: supongamos que el grupo no quiere sentir algo en particular y uno de los miembros está muy tranquilo, que tal si ponemos toda la carga sobre esta persona; de repente hay mucha presión sobre una persona y el grupo termina rechazándola.
Ryan: ¡Y a veces esa persona es el líder!
Dr. Canales: ¡Así es, correcto! Se trata de aprender las infinitas posibilidades de crecimiento, la complejidad del grupo, el enriquecimiento del grupo. Es algo que realmente hay que apreciar, honrar y respetar. Y me gusta, pero también es un gran reto. Nunca me siento completamente seguro. Nunca sé qué va a ocurrir. No está en mis manos.
Recientemente añadí a un miembro a uno de mis grupos y se identificó como un pastor: “Hola, mi nombre es Fulano de Tal y soy un pastor”. Y tres personas inmediatamente dijeron, “No confío en ti. Quiero que te vayas. Este es mi grupo. Y me vas a juzgar. Yo lo sé.” Era muy poco lo que él podía hacer. Solo se quedó tranquilo y prácticamente se cerró. Es la primera sesión y ocurre este tipo de reacción, era algo que no podía haber predicho. Parte de lo que me gusta sobre el grupo es lo experimental y espontáneo que es, y que las personas se sienten lo suficientemente seguras… porque creo que sería mucho más difícil decir esto en una sociedad, incluso si es algo que realmente piensan.
Ryan: Entiendo. Les encanta tener ese laboratorio donde pueden decir cosas que normalmente no podrían decir. Muchas veces esas dinámicas no son muy explícitas. Los sentimientos están allí, pero los miembros de los grupos no hablan de eso entre ellos. Eso es parte de nuestro trabajo, por supuesto. Pero me di cuenta que frecuentemente, durante los cuatro años en que dirigí grupos, existía una forma en la que el facilitador y yo notamos – Yalom lo llamaría sub-grupos – que habían estas alianzas formadas. Y no siempre era fácil detectarlas. A veces lo notábamos uno o dos meses después de que se había formado y desarrollado y luego teníamos que limpiar ese desastre.
Dr. Canales: Así es, las personas crean subgrupos todo el tiempo. Se encuentran afuera. Hablan en el elevador. Salen a tomar un café y tienen un subgrupo dentro y fuera del grupo. Siempre nos sub-agrupamos, con cosas que nos gustan o que nos desagradan, subimos y bajamos de esa vía.
Me preguntabas sobre quiénes habían sido una influencia para mí. Yalom, por supuesto, fue una presencia increíble. Leí todos sus libros, excepto Psicoterapia de grupos hospitalizados durante mi posgrado. Lo leía antes de dormir. Sentía que realmente le importaba. Un escritor exquisito. Y pude trabajar para él en la Conferencia de la Evolución de la Psicoterapia. Pude conocerlo. Pienso que es la persona con más influencia en mi carrera. Hay otros autores que leo, como Louis Ormont, por ejemplo. Es excelente. Pero nunca lo conocí. Murió antes de que pudiese tener la oportunidad.
También desarrollé relaciones con personas en la Asociación [Estadounidense de Psicoterapia de Grupo] con presencia nacional e internacional. Y lo que me gusta de esa Asociación es que realmente puedes desarrollar relaciones personales, trabajar en comités o en lo que desees. Y son relaciones que puedes visitarlas más. Por ejemplo, Haim Weinberg y Martha Gilmore son terapeutas en Sacramento. Haim ha escrito seis o siete libros. Mi relación con él es que éramos parte de la junta de la Sociedad de Psicoterapia de Grupo del Norte de California. Viajamos juntos conduciendo dos horas para llegar a la reunión de la junta en San Francisco y dos horas de regreso por tres años. Tuve la oportunidad de conocerlo íntimamente. Fui a su cumpleaños número sesenta. De repente soy parte de eso – es algo que va más allá de mí.
Yalom vino con su biblia de terapia de grupo y, al mismo tiempo, está Psicoterapia de grupo psicodinámico – Scott Rutan, Walter Stone y ahora Joseph Shea, quien es profesor en Harvard. Son tres hombres con quien tengo una relación – especialmente Walter – ¡qué buena oportunidad de no solo conocer al autor, sino pasar tiempo con él, ser parte de sus grupos! Si están haciendo un taller, me ofrezco como voluntario para sus demostraciones. Pude probar sus cocinas. Y ha sido algo fenomenal. También puedo mencionar a Richard Billow, quien ha escrito libros maravillosos, formas de dirigir grupos distintas a las de Yalom. Son personas que hacen las cosas distintas.
Walter Stone es un psicólogo del sí mismo, por ejemplo. Scott Rutan se inclina más a relaciones de apego y objetos. Richard Billow probablemente tiene un enfoque más Kleiniano. Y escribió un libro increíble llamado Resistencia, rebelión, rechazo: las tres R’s del trabajo. Fabuloso. Voy a hacer esto público – soy parte de su grupo de entrenamiento. Es decir, llevo dos años experimentándolo personalmente. Porque realmente nunca trabajaré como él. Trabajo a mi manera y él lo hace a la suya, diferente, y me ayuda a ver mis puntos ciegos y mi falta de libertad en muchas áreas. Ha sido una gran influencia para mí. Stewart Aledort – gran influencia. Pienso que con el paso de los años he aprendido de muchos grandes. Jerry Gans – libros maravillosos sobre la vergüenza.
Ryan: En esta etapa, imagino que tu enfoque es bastante integrativo, considerando toda la exposición que has tenido a distintos tipos de terapeutas. No te alimentas de uno solo en particular.
Dr. Canales: Sí. Creo que tengo una paradoja. Quisiera estar integrado, pero pienso que soy más Carlos. Lo que queda soy yo. Porque creo que todos han contribuido con una parte, pero tenía que hacer algo con esa contribución. Y creo que quizás hace siete u ocho años todavía me preguntaba “¿Quién soy? ¿Quién soy?” Ahora he decidido que quiero ser yo. A veces hago entrenamientos e invito a las personas a que asistan a ellos. Así como invité a Joann Polly de Chicago para que observara el entrenamiento que hice hoy y la demostración que hice hoy. De forma que me pudiera decir: ¿Quién soy? Porque yo hago mi trabajo y no me ajusto a ninguna de las casillas preestablecidas.
Estoy en proceso de desarrollar mi propia línea de pensamiento. La Sociedad Estadounidense de Psicoterapia de Grupo, en su conferencia anual, tiene dos días en donde los líderes nacionales exponen sus trabajos. Y para mí es un logro liderar un grupo a nivel nacional. Porque podrían darte entre diez y veinte individuos para que trabajes con ellos por dos días y demuestres tu teoría. Es algo bastante bárbaro. Y me dirijo hacia allá. Soy un terapeuta del apego. Soy un terapeuta de la Experiencia Somática. Pero son cosas seguras. La teoría del apego está bien establecida. La Experiencia Somática está bien establecida.
Ryan: Es distinto tener tu propio pensamiento y exponerlo ahí, frente a todos.
Dr. Canales: Así es. Entonces, ¿hacia quién quiero desarrollarme? En mi vida, cada tres a cinco años, me levanto y aprendo algo que no sabía antes. Ese es el tipo de grupo que quiero dirigir en esos institutos. Voy a tener que pensar en un nombre mejor que la Terapia del Despertar (Wake Up Therapy), pero quiero decir, cómo podemos facilitar… – porque cuando duermes, no estás en control de cuándo te levantas – ¿cómo podemos facilitar ese tipo de… yo? Justo ahora me interesa eso.
Ryan: Bien, ya estamos sobre las 2:30 y quiero respetar tu tiempo. Solo me queda decirte lo mucho que aprecio tu sinceridad, tu competencia y tu disposición para hablar conmigo hoy.
Dr. Canales: Vaya, es muy bueno conversar contigo. Mira todas las actividades que haces, con tus podcast, con tu práctica clínica, con la Experiencia Somática, con trabajos de grupo, todas las riquezas de nuestra profesión. Somos muy afortunados. ¡Mucho éxito para nosotros, y sigamos en contacto!